domingo, 12 de octubre de 2008

lunes, 8 de septiembre de 2008

CAMILA

Camila, sí Camila. Pero no se equivoquen, esta no es una crónica del grupo mamón del mismo nombre (grupo del cual el perdedor de Edmundo tomaba prestadas algunas canciones para engrupirse a la fea culiá de la Cari), no; es una simple reflexión acerca de mi relaciónes con las personas que llevan este nombre.

Últimamente mi vida ha sufrido algo así como una "invasión Camila"... Por ejemplo: tres de mis amigas se llaman Camila y una de ellas es mi mejor amiga, mi ex-novia se llamaba Camila, la chica que con la que bailé algún tiempo atrás (y con la que, por las circunstancias del baile, cometí el flagelo del "ponceo") era llamada Camila. Remontándome un poco más atrás, en los oscuros tiempos en los que me dió por frecuentar (con mi amiga Camila) un lugar conocido en la jerga estudiantil como "el rapa" la Camila (mi amiga) me presentó una amiga suya que se llamaba Camila :S... y bueno, ya saben...

Como verán, en este último tiempo pareciera que tengo una especie de imán atrae-Camilas.
Pero bueno, lo que me hizo escribir sobre esto fue lo que me ocurrió el pasado sábado, que para aquellos que sean de pensamiento agudo (y aun para quienes no tanto) seguramente ya habrán inferido lo que ocurrió... ¡Sí! otra Camila. El hecho ocurrió de la siguinte manera: 
- Hola, ¿quieres bailar?
-Ya poh
Bailamos, y por supuesto que añadimos a nuestro sensual (casi sexual) baile besos, besos, y roces varios... 
Cuando pregunté su nombre me dijo: 
-Soy Camila, ¿y tú?
"¡NOOOOOOOOOOOOOOO! Otra Camila" pensé.

Todo esto me ha invitado a la reflexión, y la reflexión me llevó a investigar un poco sobre dicho nombre:
Camila: es de origen latino y significa amada. Las mujeres que tienen este nombre se caracterizan por su gran poder de atracción. Son admiradas por quienes las rodean, pues su entusiasmo, vitalidad e ímpetu, las llevan a lograr sus objetivos y liderar los procesos que manejan. Son prósperas y gozan de una vida tranquila y feliz.

Al menos según la etimología del nombre veo por qué me rodeo de Camilas... 
Pero a pesar de todo debo decir que las personas que llevan este nombre han hecho mi vida muy, pero muy feliz...  Así que ¡GRACIAS CAMILAS!

jueves, 4 de septiembre de 2008

Beautiful poem

Rima XXIX

Sobre la falda tenía
el libro abierto,
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros:
no veíamos las letras
ninguno, creo,
mas guardábamos entrambos
hondo silencio.


¿Cuánto duró? Ni aun entonces
pude saberlo;
sólo se que no se oía
más que el aliento,
que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos
los dos a un tiempo
y nuestros ojos se hallaron
y sonó un beso.


Creación de Dante era el libro,
era su Infierno.
Cuando a él bajamos los ojos
yo dije trémulo:
¿Comprendes ya que un poema
cabe en un verso?
Y ella respondió encendida:

                                                                       ¡Ya lo comprendo!

          Gustabo Adolfo Becker


¡Simplemente maravilloso!...    Quise poner la rima XXIX de Becker, que es para mí una de las creaciones poéticas más bellas en lengua castellana.                                                                      

 Lo supe apenas mis ojos acabaron de recorrer cada uno de sus versos: amaba este poema. Sí, sentí ese extraño calor en mi pecho, ese que se siente cuando uno tiene frente a sí algo de belleza extremada; mis ojos estaban nublados y embarazados por lágrimas...                                     

 Jamás olvidé algunos pasajes del poema, y creo que jamás lo haré (incluso utilicé algunos para engrupir minas...)                                               

 ¡Oh, Becker! Cuán bellamente expresabas tu dulces sentimientos. Es una lástima que tu obra sea tan exigua. =(

miércoles, 27 de agosto de 2008

The Beginning...


Es una tierna hora ésta...

Eran días de mucha reflexión aquellos; reflexión y retiro. 
El verano acababa y yo estaba ahí, solo, embebiéndome en profundas y dolorosas reminisciencias. "¿Será correcto?, ¿Es lo que debo hacer?, ¿Pero qué haré sino?" Eran las preguntas que ahogaban mi tranquilidad. 
Entonces, extenuado de tanto buscar respuesta a éstas aparentes aporías, me dormí. Rápidamente el sueño se apoderó de mis sentidos. Yo estaba como conciente de que dormía, y esto me agradaba. De pronto mis ojos se abrieron y mi cuerpo se llenó de energía. Mi menta estaba clara, clara como el alba que prontamente despuntaría. Me levanté y apoyé mi frente en el vidrio de mi ventana; apenas podía distinguir los objetos fuera de mi habitación. El tiempo parecía congelado. "Es una tierna hora ésta" pensé. Y mi mente, despejada, sintió un irresistibe deseo de pensar...  Pensé entonces en todo lo bueno de mi vida: en mis amigos, mi familia, mis experiencias, etcétera; y pensé también en aquello que tanto me perturbaba. Y así, sumido en una efímera paz espiritual, decidí que tomaría aquel camino: Me iría... y haría de Santiago, un lugar dónde ningún sentimiento me ataba, mi hogar; y del estudio, mi pasión. Estaba decidido.